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Todos soñamos con sentirnos en casa como en un refugio que nos transmita calma, serenidad y, especialmente, que nos haga sentir bien. Y ese es precisamente el propósito del minimalismo cálido, un estilo decorativo que nos invita a deshacernos de lo que no necesitamos y quedarnos únicamente con lo imprescindible, con la naturaleza y la sencillez como ejes principales.
¿Qué es el minimalismo cálido?
Menos es más, sí, pero no podemos olvidarnos de nuestro bienestar. A diferencia del estilo minimalista tradicional, que en ocasiones puede resultar frío e impersonal, el minimalismo cálido nos invita a añadir elementos deco y texturas que aporten calidez.
La idea es escoger pocos elementos, pero que todos ellos contribuyan a esa sensación de relax. Los materiales estrella de este estilo son todos naturales: madera en su estado más bruto, textiles de lino o algodón, fibras de origen vegetal, elementos de piedra o artesanías de cerámica.
Cabecero con mesita de noche Nala | Perchero Izal
Cómo decorar tu casa con el estilo minimalista cálido
El minimalismo cálido nos invita a evitar el ruido visual. Intenta no sobrecargar de muebles el espacio y piensa en tus necesidades reales, en función del número de personas que viváis en la misma casa y del flujo de visitas que recibas.
¿Una gran mesa para ocho comensales que solo vas a utilizar dos veces al año? ¿Necesitas unas estanterías para colocar tu extensa colección de libros? ¿Una alacena para exponer la vajilla familiar que heredaste y de la que no te quieres deshacer? Hazte únicamente con aquello que vaya a cumplir una funcionalidad más allá de su atractivo a nivel estético.
Una vez elegidos los muebles, es momento de añadir pequeños detalles deco: plantas naturales que aporten frescura, piezas cerámicas hechas a mano, pequeñas láminas con obras de arte que te inspiren...
¿Qué colores se utilizan?
Sin duda, el minimalismo cálido huye de las explosiones de color y apuesta por las tonalidades cálidas: bases en blanco roto, beige y ocre, con detalles en marrón y tonos tierra... La idea es elegir colores que transmitan armonía, reflejen la luz y amplíen visualmente el espacio.
Baldas Queralt | Mesa auxiliar Lena
Las texturas dentro del minimalismo cálido
En el minimalismo cálido los espacios se llenan de naturaleza, formas orgánicas y elementos sostenibles. El mobiliario de madera se convierte en un imprescindible, especialmente en su tonalidad al natural o en acabados claros.
Y tan importante como la madera son los textiles: procura que sean gustosos al tacto para contribuir a esa experiencia sensorial. Combina tus muebles con tejidos rugosos, como una gran alfombra de yute o un puf de algodón orgánico. En las paredes apuesta por acabados imperfectos, con efectos que simulen arena o cemento pulido.
Decoración con artesanías y naturaleza
La artesanía tradicional y los materiales naturales son el combo perfecto para la decoración de estilo minimalista cálido. Huye de los objetos manufacturados en masa en grandes fábricas y apuesta por piezas artesanales, como jarrones de cerámica, creadas a mano con materiales que pueden encontrarse fácilmente en tu zona y no requieran de costosas (y contaminantes) exportaciones.
No te olvides de crear una conexión con la naturaleza. Completa la decoración con ramas secas que puedes recoger directamente del suelo en tus paseos por el campo e ir renovando cada cierto tiempo.
Potencia la iluminación con cortinas y lámparas de lino
Viste tus ventanas con cortinas ligeras y traslúcidas, con tejidos como el lino en tonos neutros, para que dejar pasar al máximo la luz natural. Además, ubica en puntos estratégicos diferentes puntos de luz ambiental mediante lámparas de techo o de mesa con una luz cálida que resulte agradable.
Te recomendamos las lámparas con pantallas de fibras o tejidos naturales, ya que aportan frescura a los ambientes y tamizan la luz de forma suave y relajante. Además, al elegir materiales como el lino estarás ayudando al planeta, ya que su cultivo no requiere de riego artificial sino que se alimenta directamente del agua de la lluvia.
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